Tomar decisionesPublicado el Martes 21-11-2023 - (3 comentarios)
En estos últimos meses he tenido que tomar decisiones importantes en varias facetas de mi vida.
Hoy te escribo para hablarte sobre mi experiencia en este sentido. Porque tomar decisiones es algo a lo que le otorgo una importancia vital.
De hecho, estoy obsesionado con este tema. Hace años.
Me fascina ver cómo el hecho de tomar una decisión u otra puede llegar a condicionar totalmente una vida.
He buscado mucha información sobre esta temática, y si bien es cierto que tengo una opinión propia, la ciencia también aporta datos que parecen ser bastante fidedignos.
O, como mínimo, bastante lógicos.
Dice la ciencia que las decisiones que se toman por la mañana son mejores que las que se toman por la tarde/noche, porque es durante la mañana que la corteza prefontal está más activa. Es por la mañana también que las decisiones se toman más lentamente pero de manera más precisa. Por la tarde/noche son más rápidas pero con menos precisión al ser más impulsivas por el cansancio acumulado durante todo el día.
También dice la ciencia que se toman mejores decisiones con el estómago lleno. Un individuo con la barriga vacía tiende a tomar decisiones cortoplacistas y en cambio otro saciado, sin urgencias fisiológicas, contempla el largo plazo y lo tiene muy presente a la hora de decidir. Quedémonos con la palabra ‘cortoplacista’ porque para mí es donde está la clave de todo.
¿Cómo toma las decisiones el ser humano y por qué se equivoca continuamente? Para mí no hay duda de lo que te voy a explicar ahora.
Siento decir que esta tesis no está apoyada por ningún estudio de ninguna universidad ni por ningún erudito de pelo blanco. Se basa todo en mi propia experiencia como observador, en mis conversaciones con gente conocida y el análisis que hago del comportamiento de los alumnos de mis cursos.
También extraigo información de páginas web de otros frikis y de comunidades de Facebook de inadaptados como yo.
Para añadir más desfachatez a la credibilidad de mis teorías, debo decir que en los momentos en los que lo veo todo claro y me dispongo a explicarlo suelo tener un Gin Tonic bien cargado en la mano, como esta noche. Yo lo llamo lucidez, pero es probable que alguien menos benevolente me adjetivara de manera distinta.
Pero a pesar de todo, creo que no me equivoco si digo que el ser humano, a la hora de tomar decisiones importantes, se equivoca constantemente porque ante dos posibles opciones acostumbra a eligir la que a corto plazo comporta menos dolor. La opción fácil. Vamos a llamarle la opción A. Pero esta elección suele ser un grave error que puede comportar una pérdida de calidad de vida muy importante.
Esto sucede en la primera fase. Pero llega un punto en que esa opción que a corto plazo era menos dolorosa, acaba convirtiéndose en más grave que la que en la decisión inicial era la opción B. Es entonces cuando se opta por la opción B.
Pero… ya es demasiado tarde.
Hay veces en que la equivocación a la hora de decidir se paga muy cara y el daño que ha provocado es irreparable e irreversible. Y todo, por no haber sido lo suficientemente valiente de elegir la opción B de buen principio, cuando ya se intuía que era la opción correcta (pero la más difícil de tomar).
Por eso el 80% de gente es infeliz en su trabajo. Pueden dejarlo cuando quieran, pero si no están excesivamente mal no lo harán.
Quedarse en el trabajo es la opción A, dejarlo es la opción B.
La mayoría de gente elige la opción A, que es la que a corto plazo es menos dolorosa. Y seguirán eligiéndola mientras quedarse en el trabajo sea menos doloroso que dejarlo. ¿Cuándo cambiaran de opinión? Cuando al entrar por la puerta de la oficina les asalte un ataque de ansiedad, cuando cada una de las palabras de su jefe resulten punzantes, cuando ya no puedan psíquicamente aguantar más. Sólo darán el paso cuando el dolor de permanecer en el trabajo sea claramente mayor que dejarlo.
En cuestiones sentimentales sucede de manera muy similar. Cuando una pareja ya ha perdido toda la magia que les unía y cada vez están más distanciados, separarse es la decisión más sensata… pero también la más dura, porque separarse de alguien al que todavía se quiere es probablemente una de las cosas más traumáticas que se pueden decidir. Por eso la mayoría de parejas no lo hacen a los primeros síntomas. Porque esa es la opción más difícil. La fácil, la que implica menos dolor a corto plazo, es continuar, la opción A.
Y sólo pasaran a la opción B cuando ya no puedan dirigirse 4 palabras sin que 2 de ellas sean irrespetuosas. Cuando el dolor de continuar la relación sea indudablemente más elevado que abandonarla.
Pero llegar a la opción B de esta manera tiene unas consecuencias terroríficas, devastadoras y excesivamente dañinas. Se pierde mucho por el camino.
Cuando he tenido que tomar una decisión importante, he tenido muy en cuenta esto. He querido analizarlo todo de una manera global, sin caer en el error de elegir la opción más fàcil simplemente porque es menos traumática en el presente.
Lo que he hecho, es un ejercicio de proyección. A tres niveles. Presente inmediato, futuro a medio plazo y futuro a largo plazo.
Y me he preguntado: si tomo esta decisión… ¿como me voy a sentir y cómo va a afectar a mi vida en 5 minutos, en 5 meses y en 5 años?. Y a partir de ahí he decidido.
Muchas decisiones que a los 5 minutos de haberlas tomado te dan sosiego y tranquilidad porque has elegido la opción fácil, pueden ser muy dañinas al cabo de 5 meses, al cabo de 5 años.
Y al revés: muchas decisiones que a los 5 minutos te sumen en un mar de dolor, pueden ser tremendamente beneficiosas en un plazo de 5 meses, de 5 años. De hecho, decisiones que podemos considerar que son dramáticas, pierden este cariz cuando las proyectas a 5 años y te das cuenta de que por aquel entonces ni te acordarás de la angustia que te provocaban.
Todo esto que te estoy contando está muy relacionado con lo que yo creo que es una de las claves de la vida: la capacidad de posponer la recompensa. Renunciar a un placer inmediato para poder tener en un futuro una recompensa infinitamente mayor.
Como siempre te digo, de todo lo que te explico quédate con lo que te sirva, desecha lo que creas que es una tontería y, sobre todo, recuerda que no admito reclamaciones! :)
Recuerda que cuando compras un libro, tienes dos opciones. Comprar los libros que las editoriales quieren que leas, o comprar libros de autores libres y independientes.
Como autor autónomo que no atiende a demandas del mercado, y como escritor que escribe por vocación sin mirar qué textos son los más comerciales, te invito a conocer mis libros.
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3 Comentarios
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29/12/2023 - Gabriela
Me encantó esté post! Gracias por escribirlo!
29/12/2023 - Xavi
Gracias a ti por leerlo, Gabriela. :)
29/12/2023 - Carlos
Totalmente de acuerdo... lo que pasa es que a veces tomar la opción dificíl es taaaaaan doloroso!!!! Me quedo con la frase que has dicho: '...una de las claves de la vida: la capacidad de posponer la recompensa. Renunciar a un placer inmediato para poder tener en un futuro una recompensa infinitamente mayor.'